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Responsabilidad en la Montaña.

Responsabilidad en la Montaña.

Como Guía de Montaña, no entiendo muy bien cuando suelo leer y cada vez más a menudo, subir un dos mil, un tres mil o un cuatro mil son niveles fáciles. Después de todos los años de experiencia, recuerdo mis primeros pasos, jamás hubiera pensado en esos instantes, que salir a la montaña, podría considerarse que fuera fácil.


Todas estas afirmaciones, son los ingredientes necesarios para incrementar los accidentes y rescates en montañas, y ni que decir el incremento del turismo activo incontrolado, cada vez más en auge en estos momentos.


Si hay algo que diferencia el deporte en Montaña de cualquier otra disciplina deportiva, es que no se trata de un deporte, más bien de vivir experiencias, que formaran parte de tu propia vida. El contacto con la naturaleza nos transforma en todos los sentidos, desde nuestro interior al exterior, siendo el sacrificio, la voluntad, las penurias, el silencio, la soledad, nuestros mayores aliados para evolucionar como personas.


Para ir a la montaña, debemos de prepararnos, y sobrecargarnos de humildad, ya que nuestra vida cotidiana urbana, donde tenemos todas las comodidades, ha hecho que seamos más ambiciosos, cómodo y no valoramos lo que tenemos.

En la montaña, no existe nada que nos pertenezca, tampoco tenemos derechos, y comodidades, en cambio tenemos muchas obligaciones con ella, la montaña no entiende de justicia, ni ley, ni valores creados por nosotros mismo para vivir en sociedad, somos nosotros los que debemos de aprender y ser benevolente cuando vayamos a la montaña.

La competitividad, llevada a la montaña se transforma en el velo que no nos deja ver lo que realmente podemos percibir de la propia naturaleza, el apresurarnos, la impaciencia, y nuestro ego, son los enemigos de nosotros mismo, y son riesgos potenciales cuando decidimos adentrarnos en la montaña.


Nadie, por muy bueno o actitudes que tenga, decide subir un rascacielos por la última planta, sino todo lo contrario se asciende desde la planta baja, y progresivamente subirá hasta la última planta.

No pretendo, con esta reflexión, criticar o educar a nadie, que suele ir a la montaña y disfrutarla desde otro punto de vista expuesto o diferente, ya que la diversidad es lo que nos engrandece como personas, aunque si me gustaría que todos reflexionáramos, como y porque nos gustar ir a la montaña

La felicidad no se encuentra en la cima de la montaña, se encuentra en nuestro interior, que no solemos ver.

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